jueves, 17 de marzo de 2016

Homeopatía, cura o creencia ciega


Como está tan de actualidad en estos momentos, me he puesto a leer artículos y mirar videos, he visto que tiene muchísimos seguidores, más bien fervientes seguidores de la homeopatía y que la consumen a diario, contando lo encantados que están y los fabulosos beneficios que obtienen.


He visto una entrevista a una familia con dos hijos, que se toman sus pastillas a diario, por la mañana y por la noche y cuentan que sus hijos hasta ahora no han tenido resfriados, gripes, etc. Un poco excesivo ya que no están enfermos según comentaban. ¿Verdad o mentira? 



Yo voy a contar una pequeña experiencia con la homeopatía, de esto hace ya algunos años.

Hablando un día con una amiga que hacía tiempo que no nos veíamos le dije que dormía fatal, le comente lo que estaba tomando pero que llevaba días que no me hacia efecto lo que el médico me había recetado y que estaba desesperada por pasarme las noches contando ovejas y al final se dormían ellas antes que yo. Ella me comento lo que estaba tomando, y me dijo que lo probara, que no tenía efectos secundarios y que a ella le estaba yendo muy bien. Vale le dije pues por probar haber si funciona no perdía nada. Me trajo una caja blanca con unas pastillas alargadas y muy grandes, me quedo mirando y le digo, ¿pero como quieres que me tome esto?, dame agua para tragármelas. Me comenta que no necesitan agua porque hay que ponerlas en la boca y masticarla para que se vayan disolviendo, vale lo hago y noto que son muy dulces, excesivamente dulces, como si me hubiera comido un azucarillo. Miro haber que lleva y me leo cafeína, le digo, pero mujer como me has dado cafeína a las ocho de la noche, ahora sí que no voy a dormir; me dice que tranquila que según  lo semejante cura lo semejante, ósea que la cafeína no te deja dormir pues lo combates con cafeína, la cara de sorpresa  que se me quedo fue increíble. Le pido un vaso de agua para sacarme tanto dulce del paladar y me dice que no, que no que ellas ya llevan agua y que no se debe de beber agua detrás; bueno pues vale, me quedo con la boca seca de tanto dulce, y me da otra para después de cenar que me la tome. Bueno lo hago y  me voy a la cama… sigo sin dormir, la una, las dos, igual sin dormir pero al problema de no dormir se sumó un dolor de estomago, que como para olvidar esa noche. 

Al día siguiente me llama por teléfono y me pregunta toda contenta, supongo que esperando que le dijera que estupendo, le digo que quieres la verdad o la mentira; me dice… mujer la verdad, vale pues no he dormido en toda la noche y si a eso le sumamos un dolor de estomago, pues la noche fue redonda. A mí me van muy bien, me dice, y claro me pide perdón por intentar ayudarme y al final estropear mas la noche. Por supuesto que perdonada, lo hizo con toda la mejor intención.

Siguiendo con los artículos,  os pongo lo que en sentido de humorístico, hace una comparación el País, y que me ha gustado.

“Un hombre entra en un hospital homeopático, después de haber sufrido un accidente de coche. El médico le pide a la enfermera que le consiga un trozo del coche que ha atropellado al paciente, lo diluya en agua, lo agite bien, y siga diluyéndolo en agua varias veces, para poder coger 3 gotas del liquido que ha resultado, y se lo ponga bajo la lengua del paciente. El doctor dice: (si esto no lo salva, no sé que lo hará). 


Esto es en humor, pero la realidad es igual ya que según la enfermedad que queramos tratar, se ha de coger la misma sustancia que la produce, disolverla en agua hasta el infinito. La pregunta es: después de haber disuelto tantas veces esa sustancia ¿puede quedar algo de ella?, según dicen sí, porque el agua tiene memoria. Hombre viéndolo así, igual el Atlántico se  acuerda de mí.

Lo que sí está claro es que después de haber disuelto una sustancia en 30, 40, 50, hasta casi llegar al infinito de partes lo que queda es agua, que otra cosa puede quedar, por mucha memoria que tenga el agua, luego le añaden sacarosa y listo.

El método homeopático expone: que lo semejante cura lo semejante, es decir que la sustancia que produce los síntomas de una determinada enfermedad, puede curarla; es decir según su método, diluyendo repetidas veces, entre más mejor y más fuerte es el efecto.

La sustancia o principios activos que utiliza la homeopatía, está compuesto por alcohol o agua, y se conoce como tintura madre, y la base primordial es lo que llevamos contando, diluir los principios activos hasta el infinito porque  más potente será.

Cuando se  compra un medicamento homeopático, si nos fijamos, junto al nombre del principio activo aparecen unas siglas CH (centesimal de Hahnemann), ya que fue el Doctor que lo creó hace 200 años.  Las siglas CH van junto con un numero, 20, 40, 70, etc. Que son las veces que esta sustancia ha sido diluida. 

El Consejo Nacional de la Salud dice que no hay evidencias de que la homeopatía  sea efectiva, más que dar un “efecto placebo”. También la Universidad de Barcelona quito el Máster de Homeopatía, por falta de base científica. 

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